El
trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un
síndrome psiquiátrico perteneciente al grupo de los
desórdenes de ansiedad caracterizado por:
●
Obsesiones: Son
ideas,
pensamientos,
imágenes o
impulsos recurrentes y persistentes que son
egodistónicos, es decir, que no son experimentados como producidos voluntariamente, sino más bien como pensamientos que invaden la
conciencia y que son vividos como repugnantes o sin sentido. El enfermo realiza intentos para ignorarlos o suprimirlos, a veces sin conseguirlo.
●
Compulsiones: Son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que se realizan según determinadas reglas de forma estereotipada. La conducta no es un fin en sí misma, sino que está diseñada para producir o evitar algún acontecimiento o situación futura. Sin embargo, o bien la actividad no se halla conectada de forma realista con lo que se pretende impedir o provocar o puede ser claramente excesiva. El acto se realiza con una sensación de compulsión subjetiva junto con un deseo de resistir a la compulsión, por lo menos inicialmente. Por lo general, el individuo reconoce la falta de sentido de la conducta (esto no siempre es cierto en niños pequeños) y no obtiene
placer en llegar a cabo esta actividad, aunque le procure un alivio de su tensión.